
La lucha por la candidatura demócrata para las elecciones presidenciales de Estados Unidos de este año ha sido presentada como un gran avance de dos minorías tradicionalmente oprimidas: las mujeres y los negros. En efecto, un negro y una mujer están compitiendo por la oportunidad de aparecer en las boletas de noviembre. Pero, caray, hay que reconocer que Barack Obama no es tan negro y que Hillary Clinton no es tan mujer.
Maticemos: Obama de hecho es mestizo, pues su madre es blanca. Y Hillary... bueno, dicen que si Hillary le diera a Obama uno de sus huevos, cada quien tendría dos. Al menos eso dijo James Carville, el estratega de Bill Clinton en su campaña electoral.
Como quiera es un buen paso: elegir a una mujer con testorena o a un negro sin tanta melanina les permitiría a los gringos descubrir que debajo de faldas y pantalones, de pieles obscuras y claras, circula la misma sangre.