16 agosto, 2007

Olimpiadas con plomo

Falta menos de un año para que se inauguren en Pekín los Juegos Olímpicos de 2008. Al igual que los de 1936 para la Alemania nazi, este evento será para el régimen chino la oportunidad de demostrarle al mundo sus avances en materia económica, ya que no los puede presumir en el ámbito social.

Esperemos que los estadios y demás instalaciones olímpicas no hayan sido construidos con los ladrillos producidos en las fábricas que empleaban esclavos en las provincias de Shanxi y Henan. Y también sería deseable que la inevitable mercadotecnia olímpica (juguetes, llaveros, estatuillas y demás souvenirs) no haya sido fabricada por los proveedores chinos de Mattel, empresa que tuvo que retirar del mercado 18 millones de juguetes por ser peligrosos para los niños. La medida le salió en 28.8 millones de dólares; es decir, en promedio 1.6 dólares por juguetito. ¿Cuánto pagó usted, paciente lector, por el cochecito de Cars que le compró a su hijo y que está pintado con pintura de plomo chino?




Otra pregunta: ¿pagarán los chinos regalías al Comité Olímpico Internacional por usar el célebre emblema de los aros multicolores? Es probable, pues además de gerenciar los Juegos Olímpicos, la otra actividad prioritaria del COI es demandar a cuanto despistado se le ocurra usar de cualquier manera cinco aros de colores. Siendo así, les será difícil a los chinos dedicarse a su deporte nacional: la piratería. De todos modos, si alguien va a asistir, por ahí le encargo un llaverito. Como quiera, no creo que me dé saturnismo, la enfermedad que ataca a los niños por jugar con objetos decorados con pintura de plomo (¡baratísimos en China, por cierto!) y a las personas que manejan ese metal.

La pregunta clave, claro, es la siguiente: ¿dónde tenía la cabeza el COI cuando decidió asignar la celebración de los Juegos Olímpicos a China? Porque sabemos que se trata de un evento-escaparate, una oportunidad política para el régimen correspondiente y porque actualmente ni siquiera el deporte puede considerarse ajeno a los designios estratégicos de la política. ¿Por qué le dieron esta oportunidad de lucirse a un régimen que no respeta ni los derechos humanos de su pueblo ni las normas comerciales del extranjero?

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