11 noviembre, 2003

Ha tiempo que no publico


Pasan los días insomnes, dejando apenas unos cuantos trazos en mi agenda. Después de varias semanas de inactividad productiva (de falta de "pandona laboro", que decía Zamenhof) se me juntan los quehaceres, entre compromisos de trabajo, ayudas a los cuates y mi súbito deseo de llenar la Vikipedia con artículos sobre México. Y eso por no hablar de mi atención a los mensajes que no dejan de llegar por el correo, preguntando, informando o simplemente difamando. ¿Quién registró mi dirección en tantísima lista de espameros?

Dejo abierta la conexión a Internet y estoy con el susirio de revisar cada cinco minutos el correo: es inútil. Incluso le puse alarma para que suene un gong cada vez que llegue un mensaje. Pero el gong parece el esquilón de San José y suena sólo en días de guardar.

Habrá que bajarse del ciberespacio y atender las minucias domésticas: preparar el arroz para el sushi, comprar aguacates y un poco de queso, cocer unas zanahorias para hacer un licuado caliente de verduras (de ésos que llaman "cremas", if you know what I mean), etc. Otra vez hablaré del mensaje que estoy esperando (quizá cuando llegue, si es que llega).

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