11 abril, 2004

Redacción I


Me topé con una página elaborada por un bienintencionado que pretende dar orientaciones para elaborar tesis. Como sobreviviente de esos afanes, sé lo mucho que uno puede apreciar cualquier consejo que le ofrezcan en el riguroso calvario que culmina en el Gólgota de la titulación. Pero creo que no se vale que nos lancen algo como lo siguiente:


En este sentido, un buen método sobre por dónde empezar, una vez que elegimos un tema y detectamos una problemática es hacer una lectura rápida o "escaneada" del material.

Cualquier terrícola medianamente hispanoparlante se sentirá desalentado ante este crucigrama. ¿Cómo agarramos ese método sobre por dónde empezar? Más adelante nos tropezamos con otro engendro, que nos da una pista de las causas de tanta oscuridad estilística. Escuchen:


Tradicionalmente, quienes escriben o dan consejos sobre cómo elaborar una tesis, se centran en aspectos metodológicos en un sentido restrictivo.

Nos encontramos, pues, ante un fulano tradicional, que sólo recibió consejos metodológicos y fue desdeñado por sus maestros de redacción. En efecto, ¿quién, que haya pasado al menos por Redacción I, diría "consejos sobre como", en lugar de "consejos para" o "consejos de"? Ante este hallazgo lingüístico del escribidor metido a asesor de tesis por Internet, las revistas femeninas tendrán que cambiar su rúbrica de "consejos de belleza" por una que fuera "consejos sobre como la belleza" o algo por el estilo.



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