Inmediatamente después de que se dieron a conocer los resultados de las elecciones del 2 de junio, los acólitos de la Cuatrote echaron las campanas al vuelo y proclamaron que su candidata había recibido el número de votos más alto de la historia. Sí, claro; es como si los padres celebraran que en su último cumpleaños, su hijo hubiera cumplido el mayor número de años de su vida.
Hay un fenómeno curioso que supongo que a los turiferarios de Morena les pasa desapercibido: el crecimiento demográfico. ¿Mayor número de votos de la historia? Sí, claro, como también el mayor número de votantes de la historia. La población crece y con ella el número de ciudadanos. Lo admirable sería que no fuera así.
Veamos algunas cifras para darnos una idea. A partir de 1964, los resultados en las elecciones presidenciales han sido los siguientes:
Año |
Candidato ganador |
Número de votantes (en millones) |
Número de votos recibidos (en millones) |
Porcentaje |
1964 |
Gustavo Díaz Ordaz |
14.72 |
8.368 |
88.81 |
1970 |
Luis Echeverría |
14.11 |
11.904 |
84.32 |
1976 |
José López Portillo |
17.606 |
16.462 |
100 |
1982 |
Miguel de la Madrid |
23.592 |
16.721 |
70.96 |
1988 |
Carlos Salinas |
19.80 |
9.687 |
50.36 |
1994 |
Ernesto Zedillo |
35.285 |
17.181 |
48.69 |
2000 |
Vicente Fox |
37.601 |
15.98 |
45.52 |
2006 |
Felipe Calderón |
41.791 |
15.0 |
35.89 |
2012 |
Enrique Peña Nieto |
50.143 |
18.158 |
38.21 |
2018 |
Andrés Manuel López Obrador |
56.611 |
30.113 |
53.19 |
2024 |
Claudia Sheinbaum |
60.04 |
35.92 |
59.75 |
Fuera de la anomalía que representó la elección de López Portillo, que no contendió contra ningún otro candidato por lo que se llevó el 100% de los votos válidos, hay algunas cifras que merecen análisis. Para empezar, la cifra que realmente nos da la medida del éxito electoral de un candidato es el porcentaje de votos. Si López Obrador andaba ardido por haber perdido ante Calderón, haber logrado 53.19%, muy por encima del menguado 35.89% del chaparrito, podría servirle de desquite. En efecto, Calderón llegó a la presidencia con el más bajo porcentaje de votos de la historia reciente. Ése es un dato que aquél sí podría enrostrarle en sus misas mañaneras pero, que sin embargo, no lo ha hecho, que sepamos.
Puestos en esta perspectiva, los 35 millones de Claudia no se ven tan lucidores: con 59.75% del voto, es poco lo que pueden presumir sus acólitos. Pero hay otros aspectos que debemos considerar. Por ejemplo, es impresionante la cantidad de votos que recibió López Obrador, de más de 12 millones por encima de Peña Nieto, con un aumento de votantes de sólo 5.5 millones. Quiere decir que 6.5 millones de ciudadanos que no votaron por López Obrador en 2012, se inclinaron por él en 2018.
Y siguiendo esa línea de análisis, también son de admirar los votos de Claudia: no solo retuvo los 30 millones de López Obrador, no sólo captó los 3.4 millones de nuevos votantes, sino que también ganó 1.6 millones de votos que en elecciones anteriores se habían ido para otras coaliciones. Véase lo que esto significa: de los 30 millones que votaron por López Obrador ninguno, ni uno solo, se arrepintió y decidió apoyar el segundo piso de la 4T. Y los nuevos votantes, aquellos que se registraron entre 2018 y 2024, todos, absolutamente todos y cada uno de ellos le fueron fieles al proyecto de reelegir a López Obrador en la persona de su delfina Claudia. Ésas sí que son cifras dignas de celebrarse, de no ser por la persistente y molesta sensación de que hay algo que no cuadra.
Pero, en fin, no vamos a caer en la trampa de las conspiraciones ni a sugerir sin pruebas que hubo fraude. Aquél tuvo más de cinco años para preparar esta elección de estado y hay que reconocer que lo logró.