06 octubre, 2005

Segundo aniversario, segundo

Vengo a caer en la cuenta de que este blog acaba de cumplir dos años. Muy con las justas, pues en realidad estos últimos meses lo había abandonado a su suerte y estuvo a punto de no llegar a su segundo cumpleaños. Otras empresas me habían robado no el tiempo sino la voluntad de seguir exponiendo por escrito más pensamientos que sentimientos, más reflexiones que vivencias. No es éste un diario de mi vida, sino un bloc de notas (como propondría que dijéramos en lugar de blog), muchas de ellas apresuradas e incompletas. Alguna vez, al exponer no recuerdo qué faceta de la estupidez humana, recibí el comentario de una admirada bloguera, en el que me deseaba suerte en mi empeño de educar a la gente. En realidad mi propósito no es tan altruista. Este rincón de la red quiere ser un lugar de ejercicio mental, de práctica de redacción, de desahogos personales, de consignación de cosas admirables o execrables, pero nunca tendrá una aspiración didáctica. El lector puede respirar aliviado: no intento enseñar nada, ni señalar caminos ni imponer criterios.


No obstante, la humanísima tendencia a no estar de acuerdo con los demás hace que algunas personas se sientan obligadas a aprovechar el cuadro de comentarios para manifestar su disidencia con mis opiniones o, de plano, dejar por escrito insultos personales dirigidos contra una persona de la que sólo saben que tuvo la paciencia de expresar una opinión. Esos comentarios los he dejado no por respetar la libre expresión de las ideas, sino porque considero que le dan un poco de sazón al tono por lo general serio que yo suelo emplear. Así, el lector podrá disfrutar esos monumentos levantados a la mala ortografía y la pésima sintaxis. Y en contraste, mi prosa parecerá límpida y esplendente. Sólo recuerdo haber borrado un comentario, el de una persona que abusaba de los adjetivos peyorativos para referirse a todo un pueblo. Lo eliminé por respeto al pueblo judío, del que han salido tantas personas admirables (sin que esto signifique que no hayan salido personas admirables de otras partes), pero también porque no quiero que este bloc quede rayoneado con palabras de tan bajo nivel.


Y hablando de los comentarios, quiero expresar mi asombro por haber recibido en los últimos días variados insultos por una nota publicada hace más de un año. No quiero mencionar el tema, pues eso fue precisamente lo que causó una lluvia de comentarios, tan tupida que hizo que mi servicio de estadísticas se saliera de madre. Y aunque ya no tengo activado ese servicio (que en realidad sólo servía para reconfortar o deprimir mi ego, al ritmo del número de lectores), pienso que el sujeto en cuestión no merece más consideración que la que ya le di en su momento.


En fin, inicié este bloc motivado por la lectura de muchos otros. Supongo que ése ha de ser el proceso seguido por la mayoría de los ciudadanos de la blogosfera. Y lo he mantenido por estar satisfecho con sus resultados. Espero llegar con el mismo ánimo a su tercer aniversario.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicidades por este segundo aniversario.

Se me hacen interesantes las observaciones sobre esos comentarios que llegan acompañados por insultos. Claro, de quien menos me lastimaría un insulto sería de un admirador de Jaime Maussan... esos producen el efecto contrario. Hacen desear a uno que Maussan tenga razón, que sí existan los extraterrestres y que se lo lleven a él y a todos sus seguidoreslejos de este planeta.

Yo no me animo a comentar mucho en este blog porque no me siento calificado la mayoría de las veces para emitir una opinión. Pero seguiré visitando, eso sí.

Saludos.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con Lino: "Ladran, Sancho. Señal de que avanzamos."

Felicidades por el segundo aniversario y por aquí me daré mis vueltas.