Van apenas cinco de los trece días del torneo de Wimbledon (o “güimbeldon”, como dicen los locutores de ESPN) y ya rodaron tres cabezas grandes: Djokovic, el número tres, cayó ante el ruso Marat Safin, colocado en el número 75; María Sharapova, número dos, sucumbió ante su compatriota Alla Kudryavtseva, la número 153, y hoy, Ana Ivanovic, recién llegada de París donde ganó el Roland Garros con lo que se convirtió en la número uno, perdió en la tercera ronda contra la china Jie Zheng, clasificada en el número 133. ¿Conclusiones? El ranking engaña y, si vamos a apostar, no hay forma de ir a la segura en un deporte que depende tanto del estado de ánimo del jugador.
Por mi parte, esta semana, aunque teóricamente debía de ser de intenso raqueteo, me la he pasado practicando el deporte de sofá, sin pisar la cancha. Mis compañeros o han estado muy ocupados o están convalecientes, por lo que no he podido jugar. A ver si me repongo la próxima semana, pues salen más caras las papitas y las cervezas que las pelotas: esta afición me está llevando a la ruina.
2 comentarios:
bueno... el brazo con el levantamiento de caguama sigue ejércitandose.
te recomiendo las pelotas de cajita de cartón... botan mejor. Por otro lado, fiuuu! menos mal que tomas Indio y no Sol!!!!
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