22 agosto, 2007

El destino de Emergencia

Dada la singularidad de su nombre, mi sobrina Emergencia siempre pensó que su destino era ser enfermera. ¿Qué otra cosa podría hacer en esta vida, más que serle fiel a su nombre, seguramente impuesto por una voluntad muy superior a la suya? Sobre todo en la siempre difícil decisión de elegir carrera, uno siempre busca apoyos, señales en el cielo o en la Tierra, ejemplos en la familia o en el exterior, a falta de una verdadera orientación vocacional que nos ayude a encontrar nuestra lugar productivo en la sociedad.

Fue hasta después de haberse inscrito en la carrera cuando ella se enteró del origen de su nombre. Lo que ella pensaba que era una señal divina resultó ser una apuesta perdida por mi primo Ramiro, su padre. Él le apostó a un compadre que ganaría el Cruz Azul, equipo en el que tenía volcados todos sus fervores. Y la apuesta consistía en que el ganador elegiría el nombre que llevaría el vástago del perdedor, ya que en ese tiempo, tanto Ramiro como su compadre estaban por ser padres por primera vez. Después del fatal domingo en el que perdiera el Cruz Azul, los dos se reunieron en la cantina donde, al momento de elegir el nombre, el compadre lo primero que vio fue la salida de emergencia.

Pese a haberse enterado del poco digno origen de su nombre, Emergencia estaba empeñada en que de todos modos era cosa del destino y no podía ignorar ese mensaje.

—El destino actúa de maneras a veces caprichosas pero, de todos modos, no podemos escapar a sus designios—, me dijo en una ocasión—. ¿Qué tenemos más propio que nuestro nombre? En él se resume toda nuestra vida. Ahí tienes el caso de Rob Zombie... con ese nombre, ¿qué otra cosa podía hacer sino dirigir películas de horror y ser metalero? Entonces, si yo me llamo Emergencia, por una apuesta de cantina o por cualquier otra razón, mi llamado está por ahí, y la enfermería es mi destino.

La vi tan convencida y entusiasmada que no tuve corazón para decirle que el verdadero nombre de Rob Zombie es Robert Cummings. A fin de cuentas, ¿quién soy yo para interferir con los designios superiores?

3 comentarios:

Darth Tater dijo...

ese primo Ramiro parece salido de una novela de Ibargüengoitia... ¿tiene alguna opinión de quién construyó la gran pirámide de Egipto o de si la Atlántida realmente existió? ¡Saludos!

hera dijo...

Pues tu sobrina tiene razón.
el nombre marca, a pesar de las razones verdaderas que suelen serlo.
¿Quien es uno para interferir en los caminos del Señor?...improbable tarea por otra parte.
un saludo

Anónimo dijo...

Hola

Realmente tu sobrina se llama Emergencia? y como le dicen de cariño? Emi?

Me acorde de la cantante Alaska, a quien su Papa le puso el nombre de Olvido, (y yo tambien entendi porque se puso un alter ego)

Saludos