10 diciembre, 2007

Tibetanos incómodos

El lector posiblemente no sepa quién es Tenzin Gyatso, pero seguramente conoce al XIV Dalai Lama. Con este título, Gyatso es el jefe del budismo tibetano y cabeza del gobierno tibetano en el exilio. Los imperativos de la Realpolitik, empero, hacen que este gobierno no sea reconocido más que por un puñado de organizaciones de activistas, que se dedican a criticar a China, que en la práctica funciona como potencia ocupante del Tíbet.

Como estos grupos son gringos en su mayoría, otra de sus actividades es exhortar cada año a sus respectivos diputados y senadores que no le renueven a China el estatuto de nación favorecida, lo cual le otorga importantes ventajas comerciales. Esos exhortos, por supuesto, son letra muerta pues los intereses económicos tienen mayor peso que los escrúpulos morales.

Para los chinos, el Dalai Lama es un personaje incómodo, pues es un recordatorio viviente de las atrocidades que han cometido en el Tíbet desde hace medio siglo. Aparte de la persecución de lamas y monjes, de la anexión de una nación libre como territorio “autónomo” de China, de la colonización semiforzada de las tierras tibetanas por chinos, los chinos han llevado a cabo maniobras para impedir que los dirigentes espirituales del país sean independientes.

Esto fue evidente en 1995, con la designación del Panchen Lama, jefe del monasterio de Tashilhunpo y segundo en la jerarquía. Tradicionalmente, es el Dalai Lama el que reconoce la reencarnación del Panchen, y viceversa. Por lo mismo, tener a un Panchen Lama plegado a los designios de Pekín fue el objetivo del arresto de Chadrel Rinpoché, jefe del comité de búsqueda. Éste ya había encontrado la reencarnación del Panchen Lama (fallecido en circunstancias misteriosas en 1989, tras haber criticado al gobierno chino) en la persona de Gedhun Choekyi Nyima. Desde su exilio, el Dalai Lama le dio su reconocimiento al niño de seis años. Sin embargo, el nuevo jefe del comité ignoró los trabajos de su antecesor y “encontró” a otro niño del agrado de los chinos. Así, Gyancain Norbu fue nombrado Panchen Lama en noviembre de 1995. Gedhun Choekyi Nyima desapareció y las autoridades de Pekín aseguran que vive en alguna parte, lejos de los reflectores, “para olvidar la traumática experiencia”.

Ya que no habrá una búsqueda independiente del Dalai Lama cuando fallezca el actual, Tenzin Gyatso ha mencionado la posibilidad de olvidarse de la tradición y designar a su sucesor antes de morir. Esperemos que esto no suceda pronto.

El Dalai Lama no es el único personaje incómodo para los chinos. Desde 2002, en Dharamsala, India, sede del gobierno tibetano en el exilio, se han celebrado concursos de belleza para elegir a Miss Tíbet. La ganadora del año pasado fue Tsering Chungtak, beldad de 22 años que vive en Nueva Delhi. Sin embargo, no pudo representar a su país en el concurso “Miss Turismo” celebrado este mes en Malasia, pues los chinos exigieron que la banda que lleva atravesada en el cuerpo dijera “Tíbet - China”, a lo cual la chica se negó.



Tsering Chungtak

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