24 febrero, 2004

La mera verdad


Me gusta la filosofía budista porque distingue dos clases de verdades: la convencional y la absoluta. La primera es la que nos permite relacionarnos con el mundo, sobrevivir en este plano de existencia, sentir que es importante entregar un trabajo a tiempo, lavarnos los dientes por la noche y seguir con atención los sucesos mundiales.


La verdad absoluta es la que nos dice que nada de lo anterior importa y que en realidad sólo tenemos una misión en esta vida.


La primera nos evita caer en el nihilismo (o en la depre, asegún). La segunda nos impide perdernos en los detalles intrascendentes y concentrarnos en lo único que importa.

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