21 julio, 2004

Los justos también pecan

Ciertamente le ha de haber causado gran desazón a nuestra derecha criolla enterarse de que su paladín, Jorge "Prosida" Serrano Limón, se surte de tangas en Liverpool y El Palacio de Hierro. Pero, ¿qué esperaban? ¿Que las comprara en Milano o en las banquetas de San Cosme? Después de todo, con los treinta millones que le otorgó en 2003 la Secretaría de Salud (a través, claro está, de la comisión de presupuesto de la cámara de diputados, encabezado en ese tiempo por, ¡oh, sorpresa!, el representante de la reaganomía en México, el inefable Luis Pazos) bien podía darse el lujo de ser totalmente Palacio. Y antes no se fue a París a surtirse de lencería y demás accesorios de los que ha menester en su cruzada en contra del condón.


Entrevistado por Aristegui y Solórzano, el santo varón explicó que esos fondos se destinaban a salvar vidas. Y precisó que se salvaron siete mil doscientas y pico. En lo que no entró en detalles fue en el papel que desempeñan las tangas (y las plumas Mont Blanc y los trajes de lujo que también compró en esas tiendas) en sus tácticas salvavidas.


El grupo encabezado por Serrano Limón opera a través de centros de apoyo a la mujer, donde se les da capacitación... ¿Capacitación para usar tangas? No nos imaginamos a este hombre (y, para ser sinceros y sin querer pecar de sexistas, a ningún otro) recurriendo a estas minúsculas prendas para explicar los peligros de la lujuria, enseñar a evitar la tentación de la carne o arengar en temas similares a las pobres incautas atraídas a sus centros.


En la entrevista que se trasmitió anoche por la televisión, el aladid de la decencia no explicó tampoco en qué tipo de publicidad se fueron diez millones de pesos, pagados a una empresa que, ¡otra sorpresa!, tiene el mismo domicilio fiscal que el grupo que encabeza. Sí, acá en Cuernavaca he visto paredes pintarrajeadas con leyendas como "Joven, reza el rosario" y "¡Viva el papa!", que podrían atribuirse a una campaña de Pro Vida. Pero las latas de pintura no cuestan tanto para justificar un gasto de diez milloncitos.


El escándalo acaba de estallar y faltarán varios capítulos de esta telenovela. No queremos echar a perder el desenlace, pero desde ahora podríamos adelantar varias conjeturas. Decídase el lector por la que sea más de su agrado.



  • Luis Pazos es destituido de su actual cargo en Banobras, acusado, procesado y condenado por desvíos de fondos. Serrano Limón, avergonzado por sus culpas, devuelve a Conasida los treinta millones de pesos y, para expiar sus pecados, se mete de monje cartujo y no vuelve a abrir la boca.
  • Luis Pazos y Serrano Limón manifiestan su indignación ante lo que llaman una conjura de la izquierda, los homosexuales y la mafia de las drogas para manchar su honroso nombre. Se organiza una manifestación de apoyo en el Zócalo y, aprovechando el próximo escándalo que vaya a surgir, la prensa (y la opinión pública) se olvida del asunto.
  • Andrés Manuel López Obrador declara que Pazos y Serrano Limón son parte de las fuerzas obscuras que se oponen a su candidatura para el 2006 y publica la respectiva historieta. Cuauhtémoc Cardenas dice no tener elementos de juicio, pero que es muy claro quién está detrás de todo este escándalo. "Ustedes ya los conocen", les dice a los periodistas.
  • Santiago Creel jura por su madre que él no tuvo nada que ver con la asignación de fondos. El Jefe Diego dice que eso son "chismes del viejerío". Vicente Fox afirma que él no sabe nada, pero que le preguntará a Martita para dar su opinión en su programa de radio.
  • El episcopado emite una declaración en la que exhorta al "piadoso perdón para no desestabilizar las conciencias en esta hora en que es tan necesaria la unidad nacional".

No se vaya. Seguiremos informando.


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