26 agosto, 2006

Y Plutón sigue ahí



Después de que nos emocionaron con la onda de que se iban a agregar tres planetas más a nuestro sistema solar, para darnos un total de doce, ahora resulta que al pobre de Plutón lo degradaron a planeta enano. Así, por efectos de un cambio de definición, nos quedamos nada más con ocho planetas y unos cuantos "nanoplanetas".

Cuando los sabios que estudian el cielo anunciaron a los nuevos componentes de nuestro Sistema, de inmediato surgieron voces para burlarse de la astrología y preguntar qué efectos tendrían esas nuevas fuerzas en nuestra vida.

Algo similar ocurrió hace unos años, cuando se descubrió que la constelación de Ofiuco, en virtud del desplazamiento continuo de los cuerpos celestes, se había colado entre las constelaciones de la Balanza y de Escorpión. De ese modo, razonaban estas mentes brillantes, los signos del Zodiaco habrían de ampliarse a trece y los astrólogos tendrían que explicar las influencias del flamante miembro zodiacal.

Pero no; lejos de brindarles a los astrólogos una oportunidad de enredarse en declaraciones falaces, la Unión Astronómica Internacional prefirió reducir el número de objetos de estudio, degradando a Plutón. No por casualidad estaba reunida en Praga, donde las defenestraciones son parte de la historia.

De todos modos, los astrólogos tendrán que explicar ahora qué pasa con Plutón y su influencia. Esas fuerzas ocultas y explosivas que se le atribuían, ¿se desplazarán a otro elemento astrológico? El signo de Escorpio que regía hasta ahora queda huérfano: ¿qué planeta asumirá su tutela?

Aunque viéndolo bien, no creo que ni a los astrólogos, ni al mismo Plutón (si se enterara de su democión) les interesara este cambio de nomenclatura. Porque en realidad a eso se reduce este incidente. Plutón sigue teniendo el mismo tamaño, la misma masa y (para los astrólogos) la misma influencia que antes de su designación como planeta enano. Es un poco como lo que pasa con la pobreza en México: aunque ésta se reduzca en el papel, en los informes enviados a los organismos internacionales y en los discursos de la postcampaña simplemente cambiando los parámetros con que se mide, la pobreza, como el dinosaurio de Monterroso, sigue ahí. En Foxilandia, para ser llamado pobre ahora hay que morirse de hambre literalmente; todos los demás entramos en la categoría de clase media. (Por cierto, antes se hablaba de la "pujante" clase media, en su sentido de potente, floreciente, vigorosa. Ahora, la clase media sigue siendo pujante, pero en el sentido de que puja y se esfuerza por mantenerse a flote.)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Cómo era la Astrología antes de Galileo?, ¿desde cuándo los planetas influyen dentro de la mantra astrológica? Sería interesante ver cómo han modificado algunas responsabilidades para dárselas a los nuevos cohabitantes de nuestro Sistema Solar.

Jorge Luis dijo...

Buenas preguntas, sin duda. Merecen respuesta en nota aparte, pues sería muy farragoso darla aquí. Pero puedo adelantar que la astrología, siendo geocéntrica por definición de su objeto de estudio, no se vio afectada por por los descubrimientos de Galileo.