18 noviembre, 2006

Una mujer insumisa


La candidatura de Ségolène Royal como abanderada del Partido Socialista de Francia para las elecciones presidenciales de 2007 constituye una verdadera innovación en la política francesa.

En efecto, es la primera vez que una mujer toca a las puertas del Elíseo. Y no es una mujer cualquiera: es una mujer madre de cuatro hijos y compañera desde hace más de treinta años de François Hollande, líder del Partido Socialista. Con él la une un pacto civil de solidaridad, figura legal que equivale a nuestras flamantes asociaciones de convivencia.

Su carrera política la ha mantenido del lado de causas consideradas de avanzada: fue ministra del ambiente, como ministra delegada de la familia, la infancia y los discapacitados implementó amplios programas educativos; posteriormente, como ministra titular militó activamente a favor de los derechos de los homosexuales y en contra de la homofobia y a sus instancias se le dio reconocimiento legal a las familias con padres gais. El lema elegido para su campaña resume muy bien su postura: "Progreso para todos, respeto para cada uno".

Dada su ventajoso triunfo en las elecciones primarias de su partido (poco más del 60%, contra cerca del 20% de cada uno de sus dos contrincantes, Dominique Strauss-Kahn y Laurent Fabius), Ségolène llegará más que legitimada a la contienda, con un apoyo que podría hacer que Francia tuviera a una mujer en la jefatura del estado. Con ella, los dos motores de la construcción europea, Alemania y Francia, estarían gobernados por mujeres, lo que le daría un toque muy femenino a ese proceso que habrá de reiniciarse en cuanto el continente se recupere del golpe que representó el no francés y neerlandés al proyecto de constitución europea.

Hay una nota constante en la trayectoria no sólo pública, sino también personal de Ségolène: la insumisión. Hija de un padre militar que abandonó a sus ocho hijos, ella era adolescente todavía cuando le entabló un proceso judicial para que se hiciera cargo de los gastos escolares de ella y sus hermanos. Y ser compañera del secretario general del Partido Socialista no le ha impedido enfrentarse a los caciques y momias de esa formación. Y pese a sus estudios de economía y ser egresada de la Escuela Nacional de Administración (el semillero de la función pública en Francia), ella es anti-tecnócrata.

Desde hace meses ya se veía que el enfrentamiento electoral del 2007 iba a ser entre los ségos y los sarkos, los partidarios de Ségolène y de Nicolas Sarkozy, el ministro del Interior y líder de la Unión por un Movimiento Popular, partido derechista al que pertenece el presidente Jacques Chirac. La oficialización de la candidatura de Ségolène le permitirá a la izquierda ponerse a trabajar desde ahora para recuperar el poder, después de los dos mandatos de Chirac.

2 comentarios:

Silvia Macario dijo...

Ser escéptico, tiene sus complicaciones. Espero con todas mis fuerzas estar equivocada.
Leo frecuentemente la red voltaire, y allí he visto algo que me intranquiliza un poco.
La edición europea de Times, pone a Segolene en su portada, y le dedica páginas completas. (Time Europa no dedicaba su portada a un francés desde el «no» de Jacques Chirac a la agresión contra Irak, en febrero de 2003).
Segolene Royal no aparece en la portada de la edición internacional de Time Magazine y esta no contiene ni un dossier, ni siquiera un simple artículo dedicado a la dirigente socialista.Aconsejan a los franceses votar por Royal pero no hay ningún interés por ella del otro lado del Atlántico.
Cosas que pasan en este mundo globalizado!!!
Probablemente, tengan que ver con esto las redes de la injerencia democrática(NED).
(te dije que ser escéptico tiene desventajas, no?)
Cariños, y ya contás con otra lectora.
Seguiré más tarde con tu blog, cuando el tiempo no apremie como ahora.
Sil

Libres y Laicos dijo...

Lo de los derechos de los homosexuales está por verse. En uno de sus libros, Didier Eribon cuenta cómo la candidata se mostraba opuesta a consentir el matrimonio gay en Francia. Pero todo puede cambia, por unos votos.