Además de ser ridícula la acusación lanzada por el embajador israelí en México, que llamó terroristas al catálogo completo de abajofirmantes profesionales que se atrevieron a condenar la agresión israelí al Líbano en un desplegado, también traza con claridad la postura oficial de Israel en este nuevo conflicto. En efecto, David Dadonn afirmó que lo que está haciendo su país responde a la legítima defensa y subrayó el hecho de que fue el Hezbolá el que inició las provocaciones.
Quienes tengan hijos reconocerán con facilidad el escenario: “Él me pegó primero”, dice a modo de disculpa el grandulón que tiene contra las cuerdas al hermanito menor. En estas situaciones, para los padres la tarea prioritaria, antes de deslindar responsabilidades y aplicar castigos, es detener el pleito, separar a los dos rijosos y reducir los daños.
Una vez parados los golpes empiezan las averiguaciones: que si Mahmud me quitó mis soldaditos, que si Abraham me pegó muy fuerte y ni era para tanto... al final, el salomónico padre castiga a sus dos vástagos mandándolos a dormir sin ver le tele. Para que aprendan a convivir como hermanos y, sobre todo, para que no anden viendo malos ejemplos en los noticieros. ¿Qué tan difícil sería trasponer esta justicia al Medio Oriente?
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